miércoles, 16 de diciembre de 2009

Centro de Arte Contemporáneo.




















El edificio es exento, construido con estructura de pilares, vigas y forjado reticular de hormigón armado. De tres plantas, una de ellas, el sótano, por debajo del nivel del suelo. Volumétricamente se puede distinguir dos partes; una pieza en el vértice del triángulo que recorre el acceso principal y las dependencias administrativas y, por otro lado, el cuerpo central del mercado conformado por un espacio vacío, de planta libre, en el que las crujías laterales, se abren conformando el triángulo y encerrando un espacio central que se cubre a mayor altura que el resto de las naves. Así la cubierta de esta parte del edifico se resuelve de forma aterrazada, con la cota más elevada en la zona central y dos terrazas perimetrales.

Estas dos partes del edificio, la cabecera y el cuerpo principal, se maclan, quedando el volumen de cuerpo de cabecera ligeramente elevado sobre el resto del edificio. En el eje de simetría y como rótula de ambas piezas se ubica la torre, que se eleva a gran altura sobre el resto de la edificación. Ese elemento prismático está formado por dos piezas. El cuerpo más esbelto y elevado presenta en su coronación el emblema del yugo y las flechas, símbolo del Nuevo Régimen. (Oculto por el anagrama de la institución que ahora lo ocupa).

Exteriormente el edificio está rodeado perimetralmente por un andén de descarga dispuesto en dientes de sierra protegido por una volada marquesina de hormigón a la altura de los huecos de comunicación. Aunque actualmente sin uso, el edificio conserva la estructura y compartimentaciones primitivas, sólo modificadas puntualmente para adaptarlo a otros usos que ocuparon parcialmente el inmueble. Ambas dependencias se disponían a ambos lados del eje-vestíbulo, al que se accedía una vez franqueada la entrada principal. Al final de este eje se abren las escaleras que comunican con la planta superior, convirtiéndose el espacio de desembarco en una galería desde la que se domina el interior del mercado. Desde este espacio se accede a una sala diáfana que ocupa el resto de la planta, denominada Lonja de Contratación. Por último, sobre esta parte y en torno a la torre, se levanta un cuerpo edificado, con dependencias de servicio, accediéndose desde esta planta al último cuerpo de la torre. Aunque actualmente no existe ninguna compartimentación interior que haga reconocible la distribución de los puestos, en el proyecto original se planteaba de la siguiente manera; baterías de puestos adosadas a los paramentos laterales del edificio ocupando las crujías exteriores, otra sección de puestos en la zona central y entre una parte y otras calles interiores de circulación de público. Actualmente tanto las escaleras como las rampas ha desaparecido habiendo sido sustituidas estas por otras que son fruto de las modificaciones para adaptarlo a su uso como garaje de la Policía Municipal. La planta de sótano ocupa parcialmente el solar y en ella se disponen las cámaras frigoríficas a las que se accedía desde la parte trasera del mercado a través de unas rampas hoy desaparecidas.

En el edificio predomina la horizontalidad a la que se contrapone la verticalidad de la torre. El exterior recibe un tratamiento uniforme de enfoscado y pintura que actualmente, tras la rehabilitación y adaptación museística, es de color blanco crudo.

Este edificio es uno de los escasos proyectos arquitectónicos cuya génesis y culminación de obras se desarrolla a caballo entre el final de la Guerra Civil y los primeros momentos de Posguerra. El encargo se realiza en 1937, dándose recepción de la obra en 1944. El origen del proyecto se enmarca en el contexto de la arquitectura vanguardista amparada y promovida durante la II República. El autor es el arquitecto Luis Gutiérrez de Soto, que recurrió al lenguaje racionalista, pero de forma ambigua, por la incorporación de símbolos y emblemas que expresaban los contenidos del nuevo Estado. Nacido el proyecto de mercado en plena Guerra Civil, la ejecución del mismo tendría un proceso lógicamente lento. La dirección de las obras no es asumida por Gutiérrez Soto, sino por el arquitecto municipal E. Estévez Monasterio. Así, el mejor edificio racionalista de la ciudad se construye en los comienzos del periodo autárquico.
Durante varios decenios el Mercado de Mayoristas tuvo el uso para el que fue creado. Pero las necesidades de espacio y algunos problemas en las infraestructuras del mismo obligaron a la realización de un nuevo edificio más apto, al servicio de una actividad más intensiva y en expansión. El antiguo mercado se ve así desprovisto del tráfico de productos y va deteriorándose. El 24 de Septiembre de 1993 el Pleno del Ayuntamiento adopta el acuerdo de cederlo a la Comunidad Autónoma Andaluza para destinarlo a centro de enseñanza secundaria. Tres años después, en 1996 al publicarse el primer registro de obras del DOCOMOMO el todavía Mercado de Mayorista, era reconocido por su valor tipológico y arquitectónico, así como en el Catálogo Andaluz de Arquitectura Moderna elaborado en 1997 por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, integrado en el DOCOMOMO Ibérico.

Finalmente en el año 1998 se encarga a Miguel Ángel Díaz Romero, el proyecto de rehabilitación del inmueble para el uso vigente. En febrero de 2003 fue abierto el Mercado de Mayorista ya rehabilitado y como centro de arte contemporáneo.

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