miércoles, 8 de septiembre de 2010

Casa Hermandad de Estudiantes. Alcazabilla 3



 


 

Los avatares históricos y la sinrazón de ciertos prelados obligaron a las cofradías malagueñas a organizar y montar sus salidas penitenciales fuera de sus sedes en las que estaban radicadas allá por la década de los años cuarenta. Esto conllevó una doble consecuencia, el aumento de los tronos debido a la inexistencias de barreras y la aparición de lo que se vino a denominar "Tinglado". En sus orígenes estos tinglados eran  realizados con maderas y lonas, dada la escasez económica y de medios materiales que fue evolucionando hasta las carpas ya en la década de los noventa.

El germen de esta peculiar edificación -ya que condesa las funciones administrativas, de almacenaje del patrimonio de la hermandad,  punto de unión de todos los hermanos  y pórtico de su salida procesional- fue la casa hermandad adosada a la Iglesia de San Pedro de la Archicofradía de la Expiración, siguiéndoles otras Corporaciones con desigual fortuna. El rumbo adoptado por la más arraigada tradición popular de la ciudad de prescindir de los antiestéticos tinglados para montar los tronos de Semana Santa, dio lugar a un fenómeno de construcción de casas-hermandad, una nueva tipología que nació con la dificultad de tener que adaptar las normas compositivas y las proporciones al tamaño de los tronos.

Este inmueble propiedad de la Hermandad del Santo Cristo Coronado de Espinas y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza conocida popularmente como "Cofradía de los Estudiantes" está ubicado en el embrión  de la ciudad, a escasos metros del Teatro Romano y la Alcazaba y puede considerarse la mejor casa hermandad de la ciudad fruto de los arquitectos Isabel Cámara Guezala y Rafael Martín Delgado (coautores de la rehabilitación del Palacio de Buenavista para ubicar el Museo Picasso Málaga) en el año 2000.

La fachada resuelta con un lenguaje contemporáneo, con una solución de referencias clasicistas, un esmerado diseño del detalle y adecuadamente integrada en su entorno, ha superando el reto de su cercanía al centro monumental de la ciudad. Es destacable la resolución de la planta baja y entreplanta a modo de zócalo con revestimiento pétreo para disimular el gran tamaño de la puerta de salida de los tronos. La primera planta se resuelve con un balcón corrido antepechado y limpia columnata; en cambio, la segunda presenta sencillos y simétricos balcones antepechados. Finalmente ático retranqueado que deja una ámplia terraza mirador desde la que se tienen unas excelentes vistas del conjunto histórico de la Alcazaba y Teatro Romano y el Palacio de la Aduana

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